Por Silvina Luz Mansilla // Coordinadora del Área Artes Musicales
Con una ayuda del programa Ibermúsicas, la becaria CONICET radicada en el IAE realizó un viaje para relevar documentación relacionada con Julián Aguirre, el compositor argentino al que dedica su investigación doctoral.
SLM: Gracias por acceder a esta entrevista, que pretende divulgar lo que has realizado en los meses de enero y febrero de 2025 en tu estancia de investigación en Europa, que implicó períodos en Madrid, Barcelona y Glasgow. Contanos primero cómo se tituló tu proyecto para Ibermúsicas.
LG: El proyecto se tituló “Tras las pistas del artista: la vida del compositor argentino Julián Aguirre (1868-1924) en Madrid y el estudio de las influencias e intercambios musicales entre Argentina y España a comienzos del siglo XX”.
SLM: ¡Interesante! Sobre todo, para dilucidar esos aspectos tan nebulosos que tenemos de la infancia y adolescencia de Aguirre en Europa...
LG: Sí. Como dice el título, necesitaba ir tras las pistas de Julián Aguirre, para investigar ese fragmento inicial de su vida y la educación musical que recibió en Madrid, a fines del siglo XIX. La historia musical hispanoamericana ubica a este compositor dentro de los fundadores de un arte nacional argentino, pero poco nos informa sobre su formación. La propuesta surgió, claramente, de la necesidad de un trabajo documental que me estaba faltando, sobre fuentes primarias referidas a esa etapa todavía inexplorada en la vida de Aguirre. Afortunadamente, gracias a la ayuda de Ibermúsicas, pude concretarlo ahora, en este período crucial de mi trayecto doctoral.
SLM: Claro, tenemos hasta ahora la información difusa que aporta alguna bibliografía no muy actualizada y que, a falta de otras fuentes, seguimos repitiendo… tanto en textos científicos como en la enseñanza especializada, ¿no?
LG: Exacto. Hacía falta una búsqueda exhaustiva en archivos españoles, tanto en Madrid como en Barcelona, para corroborar o, a veces, relativizar (o incluso desmitificar) esas influencias que se dice Aguirre recibió. Si tuvo o no relación con Isaac Albéniz y en qué sentido, si asistió al Real Conservatorio de Música de Madrid y en qué períodos, en fin, todo el trayecto de su infancia y adolescencia, que lo llevó a vivir en lugares diferentes a causa del negocio de venta de pianos que tenía su padre.
SLM: Entonces ¿cómo fueron tus relaciones allá y qué actividades de divulgación realizaste?
LG: Trabajé a la par de investigadores, profesores, archiveros, bibliotecarios y músicos radicados en Madrid, Barcelona y Glasgow y pude así sentar las bases para intercambios académicos y artísticos futuros. La verdad, un grupo de musicólogas y documentalistas de los diferentes lugares me guio en cada paso y de esa manera, el proyecto tuvo también una función de visibilización de la participación femenina en la actual academia. Tanto Vera Wolkowicz y Eva Moreda Rodríguez, en la Universidad de Glasgow, como Margarita Ramírez en la Biblioteca del Real Conservatorio y María Teresa Delgado, en la Sala Barbieri de la Biblioteca Nacional de España —y, por supuesto, vos Silvina desde Buenos Aires—, coadyuvaron a consolidar una red de mujeres expertas en música argentina, en música española y en documentación musical. Soledad Sánchez Bueno y Rosa Montalt Matas en la Sección Música de la Biblioteca de Catalunya fueron también muy amables con sus indicaciones.
En cuanto a las actividades de divulgación que pude realizar fueron dos conferencias abiertas al público, una en la universidad de Glasgow y otra en el Real Conservatorio de Madrid. En ambos casos, los destinatarios fueron, sobre todo, estudiantes e investigadores noveles interesados en la música latinoamericana. Asistieron estudiantes escoceses, españoles, argentinos (radicados en España), convirtiéndose la perspectiva en una instancia multicultural muy enriquecedora, creo.
SLM: ¿Qué tipo de documentos consultaste en tus búsquedas?
LG: Bueno, documentos escritos en todos los casos. Por ejemplo, las Memorias Anuales del Real Conservatorio, los discursos Emilio Arrieta (el director del Conservatorio en los tiempos de Aguirre alumno), epistolarios, catálogos, libros biográficos, partituras, folletos, programas, padrones. Otros papeles administrativos referidos a los exámenes generales y extraordinarios de los estudiantes, anuncios, circulares, disposiciones del conservatorio, concursos públicos, en fin, toda documentación de gran valor para mi investigación, que se interesa por la construcción de una historia desde una perspectiva sociocultural de la música. En Barcelona, gracias al acompañamiento del musicólogo Jorge de Persia, consulté varios fondos documentales de personas que pueden haberse relacionado con Julián Aguirre y también de otras que difundieron su obra con posterioridad a su muerte.
SLM: Para cerrar entonces ¿cómo evaluarías esta experiencia de aprendizaje e investigación?
LG: La verdad es que, en el contexto actual de Argentina, con los recortes presupuestarios a los sectores ligados a la promoción artística y a la investigación universitaria, la posibilidad de acceder al programa Ibermúsicas fue como una bocanada de aire fresco. El apoyo de esa entidad fue fundamental para llevar a cabo este viaje de estudios, tanto desde el aspecto económico como sociocultural. En términos económicos, me permitió realmente acceder a una actividad que estaba lejos de mi horizonte de posibilidades. En lo sociocultural, la oportunidad de establecer conexiones entre países de Iberoamérica y Europa y promover el intercambio cultural dentro del marco de un programa que fomenta la multiculturalidad, resultó ser extremadamente enriquecedora. La experiencia no solo estimuló el desarrollo de acciones conjuntas durante el viaje, sino que también ha abierto la puerta a futuras colaboraciones para seguir compartiendo experiencias y conocimientos con colegas de otros lugares.
SLM: Muchas gracias por tu tiempo.
LG: A vos, Silvina, y al IAE, por ser siempre el marco prestigioso que permite impulsar todos estos proyectos.