Instrucciones para abrazar el aire por Anakena Herrera

Análisis de crítica teatral sobre la obra Instrucciones para abrazar el aire, de Arístides Vargas.

Dicha obra nos propone como espectadores un juego dialéctico al cien por ciento, partiendo de una base estructural a donde las construcciones temporales no construyen una poética realista-aristotélica ( con principio- desarrollo y final) sino que aparece la escena como un cuadro fragmentado de memorias.

Cada escena lleva en sí un color, una musicalidad, un género actoral y un contar particular que nos obliga como espectadores a jugar con ese juego, cuyos simbolismos y signos nos proponen constantemente hacer un acto de " cocer " las historias entre sí y entender cómo se mezclan invisiblemente, hacia un relato fundante.

Es una obra que pide compromiso a les espectadores, no los subestima, los mantiene en un rol activo.

Los recursos técnicos oscilan entre un juego de luces y oscuridades que envuelven y explican el germen de la historia, llevando a convertir la propia luz en un signo fuerte dentro de la dramaturgia ya que la historia -entre líneas - está contada para una persona ciega.

Podemos pensar la oscuridad como aquella materia que envuelve la historia trágica de una abuela buscando a su nieta, hija de desaparecidos , dando pasos a ciegas, mientras que en el acto de contar y buscar pistas se van abriendo ciertas luces a fuerza de buscarlas. 

El uso espacial es un ordenador muy fuerte, y compone el tiempo fractal de la obra, permitiendo saltos y pasajes entre al menos tres líneas subjetivas.

Dentro de cada "línea " tenemos elementos, usos del vestuario y cadencias diferentes que generan que cada parte se constituya en un universo propio, pero que dialoga con los otros.

Recursos cómo la música, la luz, la escenografía dialogan con las actuaciones versátiles y camaleónicas de les actores , quienes se desprenden de la concepción fija de personaje para hacer uso de diversos registros actorales y de ciertas técnicas de distanciamiento, que nos recuerdan a Brecht.

El universo simbólico ronda el espacio de la casa , su puerta, sus ventanas y su patio con un limonero, un escenario que va recreando los hechos como en una receta de cocina, cuya metáfora es usada a través de una enorme mesa donde dos cocineros crean su propio show a través de los alimentos y el humor, casi televisivo.

La relevancia poética tiene que ver con procedimientos de encubrimientos clandestinos, las actividades políticas de los militantes se encubría como un emprendimiento de escabeche de conejo y bajo esta lógica, los elementos nunca son lo que aparentan ser.

Anakena Herrera