"La invocación" por Mirna Guerrero

Mi visión es subjetiva, con escasos elementos que hacen a la construcción de sentido en el Teatro, como oficio. A pesar de haber hecho teatro en talleres en la juventud y algo de Teatro de Títeres en distintas circunstancias, mi acercamiento actual es desde el lugar del Espectador o, más precisamente, desde la espectadora.

Recordando la experiencia de la puesta en escena de la obra "La invocación", me viene a la mente un espacio desnudo, mejor dicho, desnudado.

Es como si el espacio físico haya sido suplantado por símbolos, rastros, indicios... ¿es que "La invocación" carece de cuerpo?, quizás remitiendo a la pérdida que sufre el protagonista, la escenografía reducida, pone en evidencia su desolación...

El equipo de dirección dio cuenta de sus búsquedas y los hallazgos que hicieron al montaje, para dar cuenta del ambiente en el cual "la radio" es un elemento esencial. Sin embargo, a mí no me queda claro que así sea, lo que quedó marcado es algo distinto: una línea histórica, con hechos no siempre relacionados entre sí, como la Dictadura del 76 enlazada con el Mundial... 86 y Maradona. Quizás fue involuntario, o no. A mí me hizo ruido por la cercanía inmediata con los Dictadores, si fuera el caso, el gol relatado hubiera sido alguno de los que hizo famoso al Gordo con el Matador. Ahí sí hubiera marcado la relación dictadura-fútbol.

El hallazgo de una especie de calesita intrincada en una especie de tractor-para-jugar no me remite a la radio, sino a la Infancia, al predominio del espacio de la imaginación, cuando cualquier objeto cambia de función y genera sentidos diversos, en la construcción del pensamiento lúdico.

Si la tuviera que recomendar como obra, ¿qué diría?

Es una obra que despierta emociones y genera algún que otro malestar, doy fe de ello. Pero no termina de convencerme la idea de invocación, como si las diferencias de criterio de la dirección doble traspasaran el ensayo y se manifestaran, como respuesta a la búsqueda del Protagonista. Eso no es un punto en contra de la Puesta de la Obra; no termina de gustarme personalmente. Eso es todo.

El trabajo actoral, excelente. Hay momentos de enorme emotividad, generados con la actuación de los Personajes que se encuentran, valga el oxímoron, EN EL DESENCUENTRO, algo típicamente argentino.

Mirna Guerrero