"Pensar con mover" de Marie Bardet. Un pensamiento que danza.

Por Dulcinea Segura Rattagan // Coordinadora del Área de Investigaciones en Danza y Artes del Movimiento

El libro danzante de Marie Bardet editado por Cactus en Buenos Aires propone desde sus páginas un encuentro entre danza y filosofía. Muchos interrogantes pueden nacer de esta propuesta, de los juegos del lenguaje que cruzan la danza con el pensamiento, de la inquietud por lo concreto que expresa la autora. Aquí lo concreto es que el punto de reunión nace de la mano de una bailarina y filósofa que se plantea hacer filosofía con la danza y que propone al cuerpo como lugar de anclaje donde se posibilita el encuentro teórico-práctico.

 

Divido desde un índice que corporiza el pensamiento y plantea capítulos que parecen consignas de improvisación (rolar, caminar, presentar, com-poner) su lectura invita a un tránsito desde el movimiento hacia la reflexión y viceversa. Para ello, Bardet se vale de su propia experiencia como bailarina y de la lectura filosófica de Bergson, Deleuze, Nietzche, Nancy, entre otros. 

Así podemos encontrar en el camino de lectura que Pe(n)sar es un juego entre el pensamiento y la pesadez  que lleva de la metáfora de lo ligero hacia la gravedad, paisaje común entre la danza y la filosofía. Que Rolar es una repartición de pesos, una democratización del cuerpo donde la piel es zona de intercambio con el suelo. Que Articulaciones tiene que ver con una actitud atenta del bailarín, un abrirse entre percepción y acción (también el pensamiento se articula…). O que Com-poner es una escritura, una traducción, un intento de atrapar el presente. 

Improvisar, danzar en una composición libre e instantánea, sería como un juego del pensamiento, como un filosofar en y desde el movimiento. Y la improvisación, una actualización donde el espacio permanece abierto, no pide la comprensión acabada y final. Lo mismo sería en relación al pensamiento.

Pensar en movimiento: acción común a danza y filosofía. Ambas actúan frente a un mundo desdoblado donde lo inmediato está falto de significación, donde la realidad es un proceso y el presente se aborda por la representación. Doble presentación, en cuerpo y en palabra. Tanto pensamiento como movimiento vienen a significar. 

La autora escribe desde su experiencia, reflexiones y percepciones nacidas del danzar. Allí el peso y la relación con el suelo y con la gravedad tienen una relevancia que vincula con la acción del pensamiento, que fluye, que gravita, que se mueve. 

A partir de su incursión en improvisación –práctica que puede ubicarse en las experimentaciones de los ’60 y ’70 y de donde nace la post modern dance- Bardet también va a hablar tanto del cuerpo como del espacio democrático y de las prácticas colectivas. De ello destaca el caminar como una acción que cualquiera puede desarrollar y del rolar como una democratización del cuerpo en su contacto con el suelo. Aunque estas acciones son más propias  de la danza el planteo podría extenderse hacia la democratización del filosofar. ¿Puede en esto anidar la idea de llevar a lo concreto y lo colectivo el acto del pensamiento y de la filosofía? ¿Hacer cuerpo las ideas, corporizar el pensamiento? ¿Desjerarquizar, democratizar las prácticas?

Bardet filosofa, se pregunta por su propia praxis de danza, ahonda en sus percepciones y reflexiona sobre ello, cuestiona que la filosofía no aborde la pregunta por la danza,  y desde el lugar que ella ocupa en tanto filósofa y bailarina descubre este encuentro. 

Aquí, la bailarina teje preguntas para la danza, el cuerpo y el movimiento.

Aquí, la filósofa bucea en el existir “a través de la gravedad”. 

Plantada en el presente que se abre con una danza y con una idea, siembra este libro como una inquietud imprevisible que pregunta al lector, sea éste bailarín, filósofo, escritor o simple transeúnte curioso por la vida.