Tres tristes cuerpos

Por Markel Hernández Pérez // Universidad de Granada. Departamento de Literatura Española en Hispanoamérica

I

La botones de un hotel en Mendoza toca música de piano. Eventualmente, también tocará la tristeza de un trombón.

Un cuerpo se derrama en el suelo. Un cuerpo dentro de un traje oscuro, un disfraz desesperado de látex. Aparece un joven y con ritualidad desnuda al otro cuerpo descubriendo su vejez. A este lo llamaremos Aníbal, al joven, Kevin. 

 

II

Aníbal es un escritor consagrado, ha llegado a Mendoza para impartir una conferencia sobre su última novela. Infiel a su mujer y despreocupado de su hijo con discapacidad intelectual, a quienes miente por estar obsesionado con la belleza de Kevin, Aníbal concibe el sexo como poder, se siente con autoridad para tomar y usar a Kevin cuando desee. ¿Por qué entonces hay algo que no funciona? ¿Qué hay más allá de la carnalidad que se le rehúye? 

Kevin es un joven poeta, escribe para escapar de su depresión que marchita su belleza. Ha decidido entregársela a Aníbal, sometérsele, porque solo así se siente quizá menos vacío. Kevin representa el desasosiego de la generación actual, una que con todo, no está satisfecha, enferma, triste, ansiosa, que no sabe qué le pasa, que incluso no sabe si quiere abandonar ese estado de anhedonía.

Entre estos dos cuerpos generacionales hay un puente derruido. 

 

III

Kevin y Aníbal utilizan un chat para buscar un encuentro sexual con un tercer hombre. Se tienen mutuamente, pero anhelan otros cuerpos. Contactan con Chongo Triste, con quien Kevin siente una conexión especial y amarga. 

Aparece Chongo Triste y es un cuerpo minusválido en silla de ruedas motorizada. El deseo de los cuerpos periféricos es real aunque ellos sean convencionalmente rechazados. Chongo tiene una mirada peculiar sobre la vida, en su caso, entrega su sexo para olvidar el accidente que lo inmovilizó. Sin embargo, un quiebre: de una escena a otra, Chongo recupera las piernas, salta en su silla, y rompe el dramatismo de la escena con el humor.

 

IV

Los tres intentan tener un vínculo reunidos en ese hotel de Mendoza rodeados por una atmósfera erótica y ambigua. Aníbal rechaza el cuerpo inútil de Chongo y siente celos porque Kevin sí lo desee, Kevin cae más y más abajo dentro de sí mismo, aliviado por haber encontrado a alguien que al fin le comprende: Chongo Triste que nos recuerda la validez de todos los cuerpos.

 

V

Chongo triste, escrita y dirigida por Antonio Villa, puede verse en el Teatro Nacional Cervantes los jueves y viernes.