Recuerdo que mi casa de la infancia era un gran teatro. Recorriendo el escritorio, el taller, la cocina, los dormiorios, las bibliotecas, por todo el interior de las piezas, se podían reconocer instrumentos musicales, libros, escenografías colgadas realizadas por Emilio Peorutti y Anonio Berni y, por cierto, títeres de todas las partes del mundo producto de las giras artísticas que habían realizado Elba Fábregas y Javier Villafañe, mis padres. Vengo de una familia de titiriteros que viajaban con sus relatospor los caminos del mundo en carreta, en canoa, en colectivos o en aviones... El presente libro es la carreta que llevará a estas obras titiriteras por los caminos del mundo.
Javier Villafañe